Entraste a mi mundo por la puerta chica, te escurriste de a poco igual que los ladrones, no sé como, pero alcanzaste a tocarme sin darme cuenta, lo único que alcanzé a sentir es tu olor, y me di cuenta que me hace feliz. Miro así atrás y me doy cuenta que estas sonriendo, eso es lo que mas me encanta, que sonrias, tu sonrisa puede quitarme las penas del pasado, y las lágrimas del presente. Me encanta, me seduce y me siento tranquilo, mi corazón ya no palpita desmesuradamente, no quiere salir arrancando por mi boca y correr kilómetros indefinidos, ahora quiere quedarse nuevamente, con el miedo que uno siempre trae, ese pánico medido, pero estás ahí, y me encanta.
Recuerdas como las nubes tapaban el sol allí arriba, el frío se tornaba mas y mas molesto, pero te quedabas, y me sentia feliz, estabas tan abrazada a mi, mi pecho palpitaba, era una escena de sabor vainilla, dulce.
Me encantaba como me mirabas, tanto así que me ocultaba de vez en cuando, tus labios se volvian cada vez mas cerca, mi pañoleta estaba por ahí, estabas apoyada en mi pecho, te acercaste, y ahí mis reacciones no tomaron las riendas del asunto, solo me deje llevar, y caí, en el abismo, caiamos los dos, ya la conexión no era tan lejana, no era a través de las palabras, sino que era a través de las caricias, de las sensaciones, de los olores y lo sabores, y así, volví a nacer.
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